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Soy una persona inquieta, que ama la vida en toda su extensión de la palabra y disfruta escribiendo lo que percibe de ella, saboreando cada palmo de lo vivido. soy terapeuta holistico.

miércoles, 31 de diciembre de 2008

EL JINETE DEL TAÑIR DE LA CAMPANA


Se oía un galope de caballos con sus fauces resoplando de quien llega apresurado.

Era ya casi la hora tan esperada, agucé el oído y quise escuchar la noche, a ver que me decía. Llegaría en su caballo brioso tomando las riendas de la vida de todos en sus manos tan seguras de que nada se le escaparía, tendría sonrisa de niño y la fuerza de un destino. Escuche los grillos cantar, la luna se complacía en los cielos alumbrando el camino real del jinete, que pronto aparecería. El viento anunciaba su llegada con el sonido de los cascos de su corcel, las lechuzas se vestían de gala para tan singular fiesta, las estrellas brillaban como nunca. Y en cada hogar se detenía la respiración tratando de sentir la llegada del invitado principal, que sería recibido, lo quisiéramos o no.

En los campos de batalla se añoraba un receso para rendir honor al visitante y reponerse de las heridas causadas. Con la esperanza de que este jinete diera al traste a las peleas tan absurdas que se tenían que lidiar.

Estaba con mi corazón palpitante… con una copa de buenos deseos en mi mano… pronta a llevarla a mis labios y brindar por lo más hermoso de la vida: El amor, La paz, el Perdón y la Ayuda mutua como hermanos que somos en este mundo. Y unir mis labios con otros labios que tocarían su copa al mismo tiempo. Justo en el momento de la llegada del jinete. Desde lo alto del castillo… en una almena… se encontraba un anciano pronto a retirarse de escena en el momento que llegase el jinete. Los caminos estaban bordeados de caballeros apostados para ponerse a las órdenes del visitante. 6 jinetes a cada lado portando en sus manos bandejas de racimos de uvas para ofrecerlas a todos en el justo momento en que el heraldo diera 12 tañidos de campana anunciando su presencia de arribo.

12 guardianes estarían a sus ordenes para servirle uno a la vez y retirándose al concluir su trabajo. Era la regla desde siglos atrás. Así había sido con el anciano del castillo y no tenia que ser la excepción esta vez.

Los que estaban en sus hogares o en los de familiares, vestían con garbo sus mejores trajes y portaban una copa de esperanza para el nuevo periodo. Yo, traía la mía unida al pecho junto a mi corazón rebozando esperanza y buenos deseos. Cerré mis ojos y visualice una figura en la lejanía que se unía a mi esencia con un hilo invisible para todos menos para mi SER, que se sentía unido a su SER. Haríamos un acto simbólico de unión y sentiríamos el aliento el uno del otro y los deseos más profundos de cada uno, los lanzaríamos a dar vuelta al planeta mismo para sanar las heridas de los desamparados y dolidos cuyas cicatrices aun no cerraban de las heridas de amor. Llenaríamos de amor todos los rincones.

Expectantes escuchamos los 12 tañidos de campana, que anunciaba la llegada y nos abrazamos y besamos a la distancia, con la esencia misma de la vida, que nos acompañaba y bañaba mi tierra querida. Brindamos con el corazón llenado nuestras copas con un anhelo nuevo de esperanza. El jinete estaba ahí y se le recibió con amor.
Vimos acompañándole a instalarse en su castillo a los 12 heraldos que le servirían en su reinado. Era buen mozo, joven, con mejillas arreboladas, botas firmes que le permitirían andar a buen paso y cumplir con su cometido con los destinos que tomaba.

Lo primero que hizo, fue pedir un plan de acción de cada súbdito, para apoyar a realizar su destino con mayor probabilidad de éxito, prometiendo, que él haría una bitácora precisa de sus actos, para imprimirlo en la memoria de los tiempos en beneficio de la vida sustentada en el espacio-tiempo.

Dormiremos con una sonrisa en el alma y despertaremos con un nuevo amanecer y un sol radiante en una nueva etapa, que desparramará conciencia en los corazones más acérrimos, para que sientan la suavidad, que es portadora de la compasión y el amor. Los heraldos enviaran palomas de la paz a todos los rincones para terminar las guerras fraticidas y se instale el amor y el perdón.

Gracias al caballero surgido de la sombra que brindó conmigo a la distancia.
Gracias a todos. Los amo, gracias por existir y sentir mi esencia de vida a través de mis letras.


Celia Rivera Gutiérrez
Cd. Obregón Sonora México
Diciembre 31 del 2009

lunes, 29 de diciembre de 2008

EL FINAL DE UN REINADO


Un anciano se pasea de un lado a otro. Sabe, que cada minuto que pasa, su reinado se acaba, que en cada instante será una toma de vida acumulada, que tiene que ceder al nuevo monarca su trono. Su barba es cana, tan larga que al piso llega para sembrar lo vivido como semilla acumulada y no se pierda su experiencia. Solo le quedan dos días de vida.

De antemano él sabía cuanto tiempo viviría, desde que su padre le hablará muy quedo y con mucho amor acercando su voz al vientre que le pariría, para tratar de hacerse escuchas dándole su conocimiento acumulado, para que se apoyara en él. Pues él y su padre no podrían compartir un instante siquiera juntos. Al nacer él, su padre expiraría, nunca estarían juntos.

Recordaba como un sueño el momento en que sintió desde muy lejos el halo de comunicación de su padre, que en cada momento en que él se acercaba a la luz de un nuevo comienzo, también su padre se alejaba por igual. Recordaba, que le había dicho
-hijo nunca olvides lo ya vivido, te lo dejo impreso en las briznas del tiempo como un código genético que jamás se debe olvidar, para no repetir los errores y acrecentar los aciertos-. Ahora era su turno hacer el intento de comunicarse con su hijo que estaba por ser dado a luz, quedan escasos dos días para ello.

El anciano viste de seda pura, su rostro refleja sapiencia y respeto, trae en sus manos un reloj de arena, que no cesa de caer lentamente, para ir dejando vacío un lado de sí. Su trono ha sido confeccionado con madera pura finamente labrado y acrisolada con fuego para evitar sea destruido, ya que será el único lazo perenne entre toda la jerarquía que pase en ese trayecto, y pasara de un monarca a otro, para evitar un corte tajante entre ellos. Eso garantiza, que la sabiduría acumulada, para beneficio de sus súbditos no se pierda y continué su trayectoria con miras a siempre mejorar la vida de estos.

El anciano se acerca a su consorte el espacio y trata de euchar el eco de la vida de su hijo que late en el seno de donde saldra a la luz primera en el instante mismo en que su padre se retire. Escucha su pujanza, sus ancias de surgir, su halo de vida impresos para salir radiante, sabe que estan unidos por un eslabon como de cadena pero que cada uno ocupará un espacio especifico. Y que él no podrá intervenir mas en las decisiones de su hijo durante su reinado, y que lo que él deje impreso en esencia será la unica influencia que ejercera. Tiene que elegir muy bien lo que le comunicará, para que todo sea aprovechado al maximo, para sus subditos. Y lo inplantará en esa memoria con un soplo de viento, que incrustrará en cada celula de sus neuronas y que se harán presente en los momentos decisivos de la toma de decisiones como un murmullo, que surge desde lo más profundo. Así se asegurará, que la memoria de lo vivido no se apague y se aproveche la experiencia de lo ya vivido. El anciano toca el vientre y siente la vida que vendrá, acerca sus labios al ombligo de la gestante y sopla toda la vivencia adquida en su periodo de existencia.

El anciano se siente satisfecho de su trabajo y se prepara para su retirada a dormir en en el sepulcro del pasado, sabe que tiene que atender multiples situaciones hasta el último momento y no desfallecera. Cuando escuche el balbuceo del recien nacido el soplará el ultimo aliento a la memoria de su hijo y se retirará a lecho inerte.

Mientras realiza con escrúpulo impecable sus labores, el anciano hace remembranza de todo lo acontecido y sonríe. Recuerda cuando él mismo surgió a la vida y su padre soplo su aliento en su ser, para dejarlo como una marca del camino realizado, recuerda la algarabía de los humanos tirando cuetes al aire y brindando por su arribo a una nueva etapa de vivencias, recuerda las risas de los habitantes de su reino y las necesidades de otros más, recuerda como su padre se retira sin nostalgia alguna, satisfecho de su cometido. Recuerda cada día, cada alborada, cada semana, cada mes y cada estación. Tan hermoso cada paso, que no puede menos que acordarse de su infancia, de su adolescencia, de su madurez, de su ancianidad y sabiduría acumulada por su propio trayecto así cerrará sus ojos en el momento en que sople el último aliento en la memoria de su hijo y entregará en sus manos el reloj de arena que comenzará a llenar nuevamente el siguiente lado y dejando lentamente vació el periodo que le corresponde. Ese será el único contacto entre padre e hijo.

El hará lo mismo que hizo su padre, cuando llegue el momento y se recostará en su lecho perenne donde solo se le recordará para medir la estadía en este espacio-tiempo. Y lo acontecido durante su periodo.

Querido lector
Nunca olvidemos lo que nos enseña el paso por la vida y el tiempo que esta impreso en ello.



Celia Rivera Gutiérrez
Cd. Obregón Sonora, México
Dic. 29 del 2008

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Gabriela en Andrágora y su danza contemporánea



Gabriela en Andrágora y su danza contemporánea

Gabriela es una hermosa y suave chica, la conocí por casualidad cuando visitaba un país donde se gestan los cuentos de ensueño. Ella es como la princesa de los cuentos, que hace tanta magia con su arte en los movimientos, que pareciera no toca el piso, su cuerpo parece de porcelana y su rostro sacado de un cuento mitológico. Le gusta hacer contacto con los duendes y los gnomos de la tierra, se fascina cuando encuentra uno a su paso. Su corazón es tan puro que no cabe maldad en él. Le sobresaltan los ladronzuelos y los pillos, no cabe en su ser la posibilidad de que la maldad se enseñoree en el mundo.

Visité su palacio de danza, donde sus células parecían tocar el cielo mismo, sus gestos hablaban por ella, se movía, como si se encontrara en los algodones de una nube flotando en los cielos. Sus gestos transmitían tanta profundidad y conexión con sus partes, que no se percibía los limites de las partes de su cuerpo. Toda ella resplandecía en un todo, armonía, belleza, conexión. Transmitía mucha fuerza en los movimientos finos y delicados de su fino cuerpo. Me transportó al mágico mundo del monte que alberga los palacios en el olimpo conviviendo con los banquetes de Zeus. Sus danzas imitaban personajes y les daba vida permitiendo que ocuparan cada partícula de sus células.
Gabriela, la chica que inspira cuentos bellos, le había perdido la pista, por no poder asistir de nuevo al banquete exquisito de su danza en el palacio de sus movimientos, donde encanta a cuanto se acerca convirtiendo el lugar en perfecto silencio, arrobando los corazones de quienes sienten de su cuerpo el viento que genera sus movimientos.

Hoy la encontré visitando de nuevo el palacio de los cuentos, con un saludo de chica que ama la vida en todo su contexto. Me dice que tiene miedo de los malandros, que pueden romper sus sueños. Teme por los suyos y de su propia persona. Yo le digo que no tiene nada que temer porque los genios del bien han empedrado su camino de sueños firmes difíciles de romper, y ha, apostado guardianes que detectan las almas nobles que deben proteger. Los malandros no tienen visa en los palacios de su danza, y los guardianes son apostados para proteger a quienes dan alegrías a los desamparados. Su alma es pura y traspasa las intensiones de los malos como si solo fuera una ráfaga de luz que enceguece a los malintencionados, por lo tanto no podrán hacerle daño a quien los ha cegado. Ya que no atinaran sus estocadas a quien los duendes han cuidado dotándole de magia, para compartir con sus seres amados.

Ella, ya ha encantado, a los cubanos con su danza cuando los ha visitado, y a otros cuantos de otros países cuando ha viajado. Teje sueños, teje movimientos, sube al cielo y su espíritu no ha bajado, su rostro se transforma con la magia del encanto. Tiene la tendencia de visitar todos los palacios, y se engalana con sus personajes para de nuevo a la vida bajarlos, haciendo que sientan el momento con los movimientos de su encanto.


Gabriela nadie te hará daño. Tienes la protección de las fuerzas mágicas, que sus dones te han dado y no permitirán se pierdan o sean robados.

Para esa chica de sueños mágicos y cuerpo de movimientos suaves que engalanan los palacios de los sueños con su danza contemporánea donde se ha presentado


Celia Rivera Gutiérrez
Cd. Obregón Sonora México
Diciembre 10 del 2008

miércoles, 3 de diciembre de 2008

NIEBLA GÉLIDA




Había mucho miedo, temor a dejara salir a los hijos a la calle. Había nubarrones negros, que se paseaban por los ánimos con temor a encontrarse de frente con la muerte. Ésta se pasea en autos de lujo… blindados, para que nadie la toque… ya se ha modernizado, quizá ya no usa guadaña ni ropa oscura, prefiere cuernos de chivo y armas del momento. Se ríe a su paso, mira con desden a cuanto puede, no respeta jóvenes, niños, mujeres y mucho menos viejos. Se encuentra enseñoreada en estas tierras fronterizas. Viste de ropas llamativas y botas de piel de colores, quizás de cocodrilo o de serpiente, tal ves de armadillo, que se yo. Ya no camina por los caminos ni usa cabalgadura. Usa el viento en naves estrambóticas y si se puede ultrasónica.

Cuando ella llegó para asistir a una fiesta familiar, no se imaginaba nada, no había escuchado las noticias, no se había ufanado en saber que ocurría por allá, solo sabia que tenia familia que festejaría algo importante para una florecita, que arribaba a la edad de la ilusión, y quería sentir esa familia, que casi no disfrutaba por su lejanía. Llegó, tomo un taxi desde el aeropuerto, marco en su celular el número de su prima y le paso el TEL. al chofer para que le dieran las indicaciones de cómo llegar. Quedaba sumamente lejos del aeropuerto y se la había jugado, pensando, que ahí los taxistas no son como en la Capital donde suceden secuestro Express. Confiando en su buena suerte, llegó y abrazó a todos. Había algarabía y flores que se colocaban en fuentes de floreros para adornar las mesas del convivió que se avecinaba, así, que se sumo a los menesteres de colocar lindas flores y hacer que lucieran muy bellas. Dialogó largo rato con su familia y luego le indicaron donde dormir. A otro día era la fiesta, la familia tenía barios menesteres que realizar para al final de la jornada reunirse todos a disfrutar esos hermosos quince años.

En los momentos de reposo le sucedió algo extraño, era como si el lugar lo rondará el peligro muy de cerca, aun sin saber que pasaba en esos lugares… sentía como si algo flotara en el exterior, pensó que era su imaginación, no apago la luz y se recostó. En el transcurso en que pasaban las horas, sintió como si de pronto una nave espía, con mucho poder, se acercara a esos lugares. Era como si al abrir un documento de Internet, este estuviera monitoreado por inteligencias muy poderosas y que atraía como imán a ciertos personajes misteriosamente peligrosos a ver quienes eran los osados que se atrevían a meterse a sus archivos. En el techo existía un tragaluz grande de cristal, por donde se veía la nave casi aterrizando sobre el techo. En una habitación al fondo del corredor se tenía una computadora con un archivo abierto que parecía peligroso, se había abierto en forma ingenua, sin siquiera saber de que se trataba. De hecho no se entendía realmente que había ahí, se veía ingenuo, pero en el fondo existían ciertas claves de cuidado, que ponía en riesgo la vida de quien osara abrirlos. La intuición decía, que por el bien de todos, se cerrara ese archivo, antes que detectaran que ahí estaba el intruso de tan peligroso documento. Ella se deslizo suavemente y les dijo: -cierren ese archivo cuanto antes y pongan uno cualquiera- se acerco rápido y los alejo del monitor, cerró todos los archivos y abrió uno de poesía y cuento que ella tenía, para tratar de camuflar las señales que les habían llegado a los extraños personajes que se acercaban. Todo se torno peligroso, trataron de esconder a las personas, que ahí habitaban entre ciertos matorrales cercanos a la finca donde vivían. Pero al parecer traían detectores de movimiento y era difícil esquivarlos, hasta algunos canes traían. La mejor opción era hacerse los ingenuos y pareciera, que solo por casualidad habían salido a sentir los rumores de la vida nocturna y el canto de los grillos, aunque siempre tratando de no ser percibidos fácilmente. No se sabía si eran del gobierno o eran otra organización que se enfrentaba a los elementos de éste.

Percibía que un peligros eminentes estaban ahí presentes y no se sabia como salir de ello, quizá bastaría poner cara de tontos y preguntar que se les ofrecía y hacerse que no entendían nada, aunque en realidad eso era cierto. Pues lo único que se entendía, era que se estaba corriendo un gran riesgo sin saber exactamente porque. Se oculto a la mayoría de los habitantes de la finca y solo se quedo ella frente al monitor haciéndose la tonta para salvar a los demás de cualquier cosa que estuviera pasando. De pronto ella se dio cuenta que todo el panorama se enredaba, pero afortunadamente abrió los ojos, y se dio cuenta, que solamente estaba presintiendo algo, que podía convertirse en realidad, aunque por el momento solo había sido una especie de sopor, que asemejaba mucho a un sueño. Cerraba los ojos y sentía esa energía muy de cerca, aun sin estar dormida plenamente. Pensó, que era un simple sueño largo que no tenía nada que ver con la realidad, aunque percibía angustia y miedo a algo, aunque no sabía quien lo emitía, percibía agresión despiadada sin saber a ciencia cierta de donde procedía. Se dijo así misma –estoy en otro espacio cuyos muros tienen la vibración de sus habitantes y quizá ellos han percibido estas emociones e impregnado sus muros, así que dormiré-

Se quedo dormida y sin embargo esa sensación no ceso, al contrario se incremento.

Al otro día, mientras se ejecutaba el vals de la chica, y el brindis por su arribo a una nueva etapa de la vida y de los pasos de baile, así como de ver las cinturas entrelazadas de las parejas que aprovechaban cualquier resquicio para sentir el calor y la piel del otro. Y miradas que se cruzaban. Así el amor impreso en el aire de tal forma se sentía, que daba envidia. También se sentía una pesadez en el aire, Había niebla que presagiaba algo, no se entendía que.

Se despidieron y se retiraron ya de madrugada. Al dormirse esa sensación de sueño o sopor volvió durante las horas de sueño.

Al levantarse, se dio cuenta, que en ese fin de semana había pasado precisamente la muerte montada en autos blindados cegando la vida de más de 40 personas. Ya no usa guadaña, ya no se mancha las manos huesudas de sangre, hoy por hoy tiene empleados, empleados, que no le cobran por sus servicios, al contrario se los ofrecen gratis y a manos llenas. Esos empleados son los esbirros de la mafia de la droga, que ya ni el ejército puede controlar. La muerte se sube a sus autos o a sus naves para tener un mejor panorama de lo que le ofrecen sus empleados, aunque a veces se iré de ellos llevándoselos precisamente a ellos. A la muerte no le importa que le hagan favores, le encanta llevarse incluso a quienes servilmente le rinden culto al llevarle tantas almas cuyas vidas cegaron en un momento de hartazgo de ver sufrir y entonces la muerte suelta la carcajada y los enfrenta con el ejercito para hacerles una mala jugada.

El miedo enerva la sangre y hace palpitar el corazón a grandes velocidades o bien tiende a aquietarlo de tal forma que parece no moverse en absoluto, quizá se pare tan solo por percibir el viento gélido del personaje que pasa cerca.

Querido lector, ¿que pasara cuando a l la parca ya no le importe a quien se lleva y tome todo lo que le ofrezcan?.

¿Tendremos que aprender a no ofrecerle las vidas de nadie?

¿Usted que cree?




Celia RiveraGutierrez
Cd. PObregón Sonora, México
Diciembre 02 del 2008

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