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Soy una persona inquieta, que ama la vida en toda su extensión de la palabra y disfruta escribiendo lo que percibe de ella, saboreando cada palmo de lo vivido. soy terapeuta holistico.

jueves, 15 de enero de 2009

ELLA ESTABA SOLA


Ella estaba solitaria, pensando, que nunca llegaría el amor, no le interesaba de momento ninguna relación. Salio del templo, aspiro el aire fresco de la noche, que acababa de tender sus sombras, haciendo lucir las lámparas de la plaza, donde el kiosco se llenaba de notas producidas por el siempre grupo de música del pueblo, que el gobierno municipal ofrendaba a sus habitantes como serenata todos los jueves y los domingos. En esa plaza, que había sido testigo de casi todos los enamoramientos del lugar.

En eso llegó una amiga y le preguntó por su cuñada, que era amiga inseparable de ella, le contestó: - no se, no la he visto, pero si quiere veremos si anda en la plaza-.

Era domingo y la plaza estaba atestada de gente entre papeles de colores y flores aromáticas. Ahí se seguía un ritual muy viejo, que se perdía en la noche del tiempo. En la orilla se formaba una valla de jóvenes, Lugo adentro una ronda de chicas caminaban tomadas del brazo en sentido contrario de las manecillas del reloj, para luego otra ronda de hombres jóvenes girar en sentido contrario dejando a las damas en el centro y encontrarse en dos punto equidistantes en la vuelta completa, pero más adentro estaba otra ronda de jovencitas girando en el sentido opuesto y en el centro estaban las bancas junto a los jardines, que rodeaban el kiosco lleno de música. En estas bancas se sentaban quienes solo disfrutaban de la algarabía de la gente o quienes tenían novio o novia para platicar con comodidad y placidamente.

Era pintoresco el ambiente, pues el piso se solía llenar de confeti (papel de colores cortado en rueditas y serpentinas de papeles de colores que los jóvenes graciosamente enrollaban en el cuerpo de la joven que les atraía. Solía haber, quienes vendían gardenias flor blanca de un olor exquisito o claveles rojos a los jóvenes varones, que se las ofrendaban a la chica que le gustaba. Ahí se cruzaban miradas, se cruzaban sonrisas cuando el joven era correspondido y que marcaba el indicio, de que se podía acercar a solicitar caminar en compañía de la joven moza.

Primero se pararon en un punto, para ver si pasaba la cuñada dando la vuelta, no pasó entonces se metieron a dar una media vuelta para ver si la encontraban sentada en alguna banca, en ese inter. Una lluvia de papel de colores le enredo los hombros como símbolo de enlazar una posible amistad o requerimiento de noviazgo. Ella se sorprendió, porque en lo que menos pensaba en ese instante era precisamente en el amor.
Llega un joven muy caballeroso y con mucho respeto se dirige a ella –señorita ¿la puedo acompañar a dar la vuelta?- lo siento –dijo ella- pero me retiro en la siguiente esquina, entonces a donde valla la puedo acompañar -dijo él- lo siento de verdad, pero me retiro a casa -contesto ella- pues la acompaño hasta su casa si me lo permite -dijo él- su amiga no cesaba de insinuarle, un tanto en forma discreta, que le aceptara.

Era un chico extraño, se salía de lo común, pues todos llegaban con desenfado, como quien se siente seguro de si mismo y que será bien recibido aunque no sea cierto y hablando directo como si te conocieran de años. Te acompañaban aun sin tu permiso haciéndose los graciosos para ser bien recibidos. Este chico era totalmente distinto, se aferraba a cualquier opción, pero con un decoro y respeto total, pero sin soltar la prenda del objetivo.

Ella pensó y se dijo así misma ¿de donde saldría este chico, que parece de los cuentos de la edad media donde se llega con tanta deferencia? Su amiga insistía en que lo aceptara y ella un tanto confundida y presionada accedió, en parte para evitar que se diera él cuenta de lo que decía su amiga y en parte por esa curiosidad de saber quien era tan singular caballero que le trataba con tanta ceremonia. Dice el dicho que la curiosidad mato al gato. Y sí, que ella tenía curiosidad.

Caminaron calles arriba de la pequeña población, por esas calles muy antiguas, que se habían hecho, para que pasaran caballos y a lo sumo algún carro tirado por los mismos. Callejuelas angostas y sin dirección adecuada, ya que la mayoría eran un tanto retorcidas y angostas. En el camino se separo la amiga y se fue por su lado. Ella y él continuaron hasta estar cerca de la casa de ella, se despidieron, no sin antes pedirle a ella su nombre y dar el suyo, también le pidió su dirección, ya que como él estudiaba en la Universidad en la capital del estado pretendía escribirle, ella se lo balbuceo y continúo hasta entrar a su casa.

Se celebraban las fechas patrias por esos entonces y él tenía vacaciones en la universidad, así que le preguntó si se podían ver al día siguiente, a lo que ella contesto que no, porque tenia ensayo en una pequeña obra de teatro que estaban montando.

El lunes cuando ella salio de su ensayo, se encontró, que un poco más arriba de la calle en el hueco de la puerta de un billar se encontraba él esperando verla pasar cuando saliera de su ensayo. Le acompaño de nuevo a su casa. En el trayecto le preguntó si podía ser su novia. Ella le miro a los ojos y le dijo: con una condición -¿Cuál?- contesto él –que si te enfadas de mí o dejo de importarte me lo dirás de frente –dijo ella- lo mismo va para ti –dijo él- Esto se consideró un trato de honor entre ambos. Se despidieron antes de llegar a la entrada de su casa. Ahí comenzó toda una historia de amor.

Años después, él confesó, que el día más feliz de su vida, había sido cuando ella lo aceptó.

Sus huellas quedaron en todos los rincones de la plaza cómplice de los enamorados, donde cupido hace de las suyas sin ton ni son. Justo ahí donde siempre se escuchaban las notas de la música y la fragancia de las flores impregnaban el ambiente incitando al romance y al amor.

El aroma de sus cuerpos se huele por doquier, el néctar de sus pensamientos se quedó impreso en las mentes del lugar. La luna y las estrella, que alumbraban las callejuelas, vibraban con su presencia… que ya no esta. Las farolas de la plaza despiden el incienso de su fulgor y recuerdan a estos dos. Los árboles, que eran cómplices de sus reuniones donde ambos iban a leer y estudiar aprendieron el lenguaje de las letras que ellos utilizaban bajo su sombra y las inspiran a los demás.

Esta cita de amor sin programar, se realizó y dejó una trayectoria imborrable

Querido lector ¿Por qué, el destino te pone en el lugar justo donde encontraras a quien será una pieza importante en tu vida, aunque no la esperes en ese momento marcándote una ruta?
Creo que se tendrá que mantener abiertos a lo que la vida te presenta aunque no se espere

¿No cree usted?


Celia Rivera Gutiérrez
Cd. Obregón Sonora, México
15 de enero del 2009

25 comentarios:

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

sÍ... Cuando dejas de esperar es que no estás vivo.
Niña, magnifico relato/reflexión
buen finde

Celia Rivera Gutierrez dijo...

María Ángeles que grato encontrarte justo al inagurar este relato reflexión.
Tienes razón, cuando ya no se espera el amor, no se esta vivo.
Pero el amor se cuela por cualquier rendija de la vida y nos hace florecer y revivir

Abrazos y un besaso como los que das.
Celia

Neverknowsbest dijo...

Me gustó tu texto. Yo también pienso que cuando dejas de esperar, dejas de querer vivir. Aunque una espera insana no lleva sino a la locura, jejejeje.

Sigo esperando.

Sandra Figueroa dijo...

Amiga, bella historia de amor. Yo nunca dejo de esperar, el destino es asi, cuando menos lo esperas llega quien dejara huella profunda en tu vida..........Un beso, cuidate. Me encanto la historia.

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hola, Celia...

Muy buen relato, con un aire de antaño, de años felices y de costumbres pueblerinas que ya poco se ven.

El destino siempre nos depara sorpresas y nos tiene guardado el amor soñado, el cual encontraremos en el lugar menos esperado.

La felicidad simpre nos estará esperamdo a la vuelta de la esquina.

Un abrazo.

Celia Rivera Gutierrez dijo...

Neverknowsbest
Cuando se deja de esperar, pueden suceder dos cosas:
Una, que ya no vives y estas deprimido
Dos, que soltaste esa necesidad y fluyes, y entonces el amor se hace presente porque fluye por si mismo.

Tienes razón, una espera insana es la que aleja el amor. Como que el amor se debe esperar sin forzarlo, y entonces brilla.

Ya te llegará el tuyo, solo tendrás que estar con los sentidos abiertos para darte cuenta que esta ahí y recibirlo.

Saludos felinos

Celia Rivera Gutierrez dijo...

Poetiza, nunca dejes de esperar, pero sin forzar, para el amor se haga presente y como dices será cuando menos lo esperes, solo tendras que darte cuenta para no dejarlo ir.

Un abrazo amiga
Celia

Péter dijo...

CELIA_

¡ QUÉ BELLO LO TUYO !

Radiografiaste paso a paso, instantes, momentos, emociones, sentires, dejando envuelta en una exquisita pureza tu cuento de AMOR.

Tú enamorado corazón, acaba de " DAR A LUZ " el más sublime de los relatos, hilando muy fino, impregnando sutilmente de ternura cada estrofa, ofrendando tú calidez para amalgamar con delicadisimos " HILOS DE ORO ", tu novela pasional.

La vida mi querida CELIA, tiene mil caminos de ilusión, tu sagaz y hábil mano plasmo en la pantalla uno de ellos, tu paso firme, la caricia de tu relato, la seguridad con qué plantas en escena a tus personajes, deja grabada en mis retinas tu maravillosa obra.

GRACIAS POR TRAERLA DE TU MANO.

UN BESO BONITO.

PÉTER.

Magui Montero dijo...

Hola Celia! Precioso relato! Tiene el perfume y el candor de los sueños!
Respecto al amor soñado, pienso diferente. Hay personas que lo viven esperando, aguardando que llegue a su vida; y hacen planes y tejen sueños... Problemente en el momento que éste toque su vida, ni siquiera lo sepan, porque están planeando "lo que vendrá"
En cambio aquellas que no esperan, aquellas personas que aprendieron que no solo si tienes "amor ideal" puedes ser feliz; a esos seres les llega y los arrastra como una avalancha y las maravillas del Amor las hacen sentir sensaciones y vivir sueños jamás imaginados.
Al menos esa es mi idea...
Creo que bajo la corteza más dura, siempre está presente la savia de la vida.
Un besote inmenso querida amiga!!!
Magui

R@MöN dijo...

wow
lo lei todo y me encanto escribes exelente jeje perdon por firmar sin permiso le voy a dar seguimiento a tu blog me gusto mucho bueno
la verdad ami el "amor" me estava esperando en la esquina de mi trabajo >.< jejeje me reiro nos vemos

Francisco Javier dijo...

Me encantan tus escritos Celia, nose porqué, será por esa mezcla tan particular entre la realidad de hoy día y las historietas y anécdotas de las novelas históricas, me ha dado un rollo un tanto oriental, con eso del templo. (Una chinita esperando a su amor.) Cuando se espera es por algo.

El amor entre dos, esperar hasta que esa persona te diga que sí, esperar hasta que el caballero enamorado o la princesa aparezca.

A esto le llamo yo, preciosidad hecha prosa.

Celia Rivera Gutierrez dijo...

Sí, RAFAEL LIZARAZO
Costumbres pueblerinas que ya casi no se ven.
Y tienes razón, el destino siempre nos pone de pronto frente a quien será parte de nuestra vida, y muchas veces ni siquiera es alguien conocido, y de pronto ahí esta y pasa a formar parte de tu vida.
El amor es extraño, pero la vida gira en torno a él.

Un abrazo

Celia Rivera Gutierrez dijo...

péter
Sí, que me halagas demasiado con tu comentario muy hermoso. creo que ya es bastante con que te guste mi forma de relatar.

Gracias por leerme y esyar aquí.
Un beso tambien para tí

Celia

Recomenzar dijo...

Sin palabras para que poner más a tan bello texto

Celia Rivera Gutierrez dijo...

Querida Magui
Creo que existen los dos tipos de amores, el candido y de sueños, que la realidad hace despertar y amar
El que se construye paso a paso
El que se cuida como el jardín más deseado

El amor llega despacito de distintas maneras
Se cuela como la humedad
Se introduce en tus huesos sin que te des cuenta
Penetra todas y cada una de tus células
Ocupa todo tu ser
Te entregas totalmente
Lo das todo

O el amor llega con fuerza y arrasa todo
Rompe diques
Desborda ríos
Arrasa parcelas
Destruye lo que le estorba sin compasión
Y los sueños aparecen sin esperarlos
Y solo existen los dos
Quedan fuera de combate cualquier otro amor anterior
Eso es lo que veo a mi alrededor.

Pero en cada ser existen varias etapas de enamorase
La color de rosa que creo todos vivimos
La real y de trabajo
El final de una ruta que duele para emprender otro sendero
Y el encuentro consigo mismo que nos permite ver y vivir ese amor
Dentro nuestro sin personajes definidos, encontrando nuestro centro real de energía y siendo nosotros mismos.

Un abrazo grande Maguí, y gracias por tu aportación espero no haberla enredado con mi comentario

Celia Rivera Gutierrez dijo...

R@MöN
Gracias por dejarme tu comentario y seguir mi blog, veo que eres de Jalisco, donde yo nací. Me es muy grato encontrar gente de mi patria visitándome
Estaremos en contacto, no te pierdas
Celia

Celia Rivera Gutierrez dijo...

Francisco Javier

te llegan mis escritos porque eres tan romantico como mis personajes, y si el estilo antiguo tiene su magia cuando la combinas con el presente. nos recuerda nuestros años de cuentos y anecdotas.

Gracias por leerme, y por gustarte mis letras
Un abrazo hasta tu España

Celia Rivera Gutierrez dijo...

RECOMENZAR
Gracias por estar siempre en mis letras, me transmites paz

Un abrazo para tí Mucha

toñi dijo...

Hola Celia , ha sido una maravilla leer tu historia.
El destino siempre nos aguarda para acompañarnos en todo momento.
Un beso amiga

ILUSION dijo...

Hola Celia¡

Qué lindo relato¡¡ me hizo transportar unos años atrás, jajaja, siempre sostengo que hay que tener paciencia y saber esperar, ya que todo llega en su momento indicado////

Besitos¡¡

mares dijo...

Nada sucede sin razón, todo cuanto pasa tienen un fin, he escuchado decir.
Que hay que tener los ojos bien abiertos, pues...si, puede que si.
Que hay señales, etc.

Bonito relato como siempre Celia.
Besotes.

lucia dijo...

Hrmoso relato!!querida Celia me encanto!!!!!!todas la noches vengo a leer tus cuentos antes de irme a dormir aunque no te deje mensaje!
besotes


LUCIA

Azpeitia poeta y escritor dijo...

Historias que nos conducen por las veredas de la vida hacia el puerto de salida...en el camino siempre existen las sorpresas, lo inesperado en un sentido o en otro...también debemos pararnos en alguna piedra del camino para contemplar a los que nos sobrepasan y tienen prisa por llegar al final...."Ese...ese que ha pasado el de la chaqueta gris y el pelo negro...ese es el que esperaba..."

Un beso muy fuerte de azpeitia

Celia Rivera Gutierrez dijo...

Gracias Toí

El bendito destino que siempre nos coloca al pie del camino que recorreremos.

Un abrazo grande para tí

Celia

Celia Rivera Gutierrez dijo...

ILUSION

Como dices, tener paciencia que llegará todo en su momento, solo tenemos que reconocer que llego para no dejarlo pasar de largo.

Un gran abrazo amiga

Celia

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