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Soy una persona inquieta, que ama la vida en toda su extensión de la palabra y disfruta escribiendo lo que percibe de ella, saboreando cada palmo de lo vivido. soy terapeuta holistico.

martes, 10 de marzo de 2009

LAS DELICIAS DEL CAMPO FRUCTIFERO


En las inmensidades del rancho de mi tío Jesús (bueno a mí me parecía grande). Me gustaba caminar por sus terrenos, él le había prestado a mi padre un espacio para vivir, y le permitía cultivar granos para nuestros alimentos, era como un trueque, ya que en los terrenos de mi tío se tenia mezcal plantado, y si mi padre cultivaba en esos campos, los podía mantener sin maleza, y al mismo tiempo que se abonaba la siembra, también se abonaba el mezcal.

Mi padre sembraba alrededor de la casa maíz conjuntamente con fríjol, que se enroscaba en el tallo de la milpa a medida que ambos crecían, y una que otra semilla de calabaza para que se extendieran como alfombra por los sembradíos. Recuerdo que mi padre nos pagaba a mis hermanos y a mí 10 centavos por surco de desquelite. Así le llamaba mi padre a la hierba que salía tratando de ahogar la siembra y era muy fácil para nosotros los niños arrancar esos quelites de la siembra con nuestras manos cuando aún eran pequeños. Nos divertíamos haciéndolo y a la vez ganábamos algo de dinero. Esa era la primera fase, la segunda mi padre la hacia con pala y azada, se le llamaba escardar (no se si esta bien escrito),

Cuando nacían las semillas y se hacían grandes, sus plantas se veían majestuosas, llenas del colorido clásico de cada una de ellas. La milpa se erguía firme sobre su tallo y surgían sus espigas y comenzaban a asomarse algunos filamentos finos como cabellos que presagiaban la inminente aparición del próximo fruto “el elote” y esta milpa daba soporte al fríjol que se enroscaba en forma espiral en ese hermoso tallo, que prontamente daba ejotes tiernos, estos posteriormente se convertirían en el fríjol que seria el soporte de nuestra alimentación diaria. Estos ejotes, me gustaba recolectarlos para que mi madre los cociera conjuntamente con el fríjol dándole un sabor exquisito. Luego estaban las calabacitas tiernas que también me gustaban cocidas con el fríjol, recién cortaditas. O bien las flores de calabaza que mi madre convertía en quesadillas sobre el comal de barro con tortillas recién hechas y rellenándolas de esa exquisita flor con un poquito de sal.

Otras de las cosas que nos encantaba a mi herma mayor y a mí era salir al campo después de una ligera lluvia. Cuando eso sucedía, solían aparecer unos sombrerillos sobre la tierra, llamados setas (hongos), recuerdo como levantaba mis enaguas anchas de los vestidos que me hacia la esposa de mi abuelo, para llenarlas de esos maravillosos sombrerillos sabrosos (yo decía que hacia tambache de hongos), llegábamos con mi madre que luego nos hacías unos guisos riquísimos con ellos, o bien unas empanaditas con tortilla de maíz rellenas de ellos las ponía a cocer en el comal.

También recuerdo los vientos huracanados que tumbaban los frutos de la huerta, que se encontraba un poco más al fondo del terreno. Cuando eso sucedía, me levantaba muy temprano y me iba a juntar las nueces que el viento había tumbado, mis hermanos y yo llenábamos cajas de nueces con las que luego jugábamos a la lotería, ese era el premio para el ganador ¡nueces!
Realmente la naturaleza es muy prodiga y nos alimenta con facilidad si la sabemos aprovechar.

Hasta la vista amigos, espero les guste un poco lo que recuerdo de mi niñez.


Celia Rivera Gutiérrez
Cd. Obregón Sonora, México
Marzo 10 del 2009

18 comentarios:

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

tierno, delicado, bien escrito; una delicia Celia.
Besucos

Alicia Blázquez dijo...

muy bonita entrada...
besos

Celia Rivera Gutierrez dijo...

Gracias Ma Angeles, es que los recueros de la niñez siempre son tiernos

Abrazo y besos amiga
Celia

Celia Rivera Gutierrez dijo...

Alicia muchisimas gracias por leerme

Abrazo y besos
Celia

Unknown dijo...

Me encantó, Celia, no sólo tu infancia campesina, llena de olores y sabores, sino la transparencia de esa vida que recuerdas.
Un abrazo bien abrazo, hermosa, y muchos besos de tu amigo REL

Celia Rivera Gutierrez dijo...

Roberto… querido amigo
Gracias por estar aquí.
Mi infancia fue hasta los 7 años en el campo. Creo, que fue muy hermosa. Tuve un padre que nos amó mucho y los pequeños trabajos que nos hacia coparticipes siempre fueron en forma de juego, diversión y estímulo. Si algo se quedo muy dentro de mi guardado fue el trabajo arduo y la honradez de mi padre. Creo, que de él aprendí a no darme por vencida en la vida.
Mi madre, que os puedo decir de ella, aún vive como una leona tratando de sacar adelante a sus hijos en las dificultades que les presenta la vida.

Abrazo bien abrazo y beso bien beso... gomia

ade dijo...

- Que hermosos recuerdos, nosotros con mi hermano y mis primos jugabamos a la loteria con porotos ( frijoles). Mi padre hacia su quinta adonde sembraba todo lo que luego consumiamos en casa, y alrededor de la casa habitaban árboles frutales. Era un tiempo muy rico en olores y sabores, nuestros sentidos crecian al ritmo de los frutos. Gracias por transportarme en tan cálidos recuerdos. Un beso. Ade

Luciano dijo...

Grazie Celia
per la visita ad uno dei miei blog e per il tuo commento.
Ciao

Celia Rivera Gutierrez dijo...

Gracias Monica, aquí lo dejaré por si a alguien le interesa

Saludos

Celia Rivera Gutierrez dijo...

Ade

es un gusto saber que te recuerda algo bueno de tu infancia, y también saber que mis frijoles se llaman porotos. Debe de haber sido bello vivir como viviste con tu familia

Abrazo Ade y besos
Celia

Celia Rivera Gutierrez dijo...

Luciano.

Gracias por tu presencia en mis letras

Saludos

Unknown dijo...

buen blog.. voy a pasar otra vez!!
saludos..

Francisco Javier dijo...

Lo primero me ha entrado bastante hambre, sobre todo en el momento que hablabas de como tu madre preparaba las tortillas. El que vive del campo, de la tierra, de la agricultura, sabe muy bien de que va este mundo. Nosotros tambien disponemos de tierras, donde sembramos trigo, cebada, maíz o girasol. Mi familia incluso es agrícola, me he identificado mucho con este texto, de cuando tu papa te daba unas monedas por arrancar las hierbas malas de alrededor de las plantas, me ha parecido curioso que lo contaras, pero ha estado muy bien definido todo.

Es increíble la cantidad de anécdotas que hay para contar de nuestros antepasados cuando la tierra era su única vivencia. O como tu bien dices de nuestra niñez.

Una pregunta Celia, ¿Qué es el comal?

Besitos, me alegro nos hayas contado algo de tu niñez.

shin dijo...

bonitos y tiernos tus recuerdos del ayer que por un momento son de hoy

Roy Jiménez Oreamuno dijo...

Bellas remembranzas de la niñez feliz y llena de historias. Aún recuerdo en Golfito donde me crie, que esperaba que después de que llovía el árbol de mago dejaba caer sus frutos maduros, era en la casa de la montaña de mi familia, que daba una vista impresionante al mar.

De niños vemos con ojos de niños, será por eso que los recuerdos son tan bellos y maravillosos querida Cecilia, que los recordamos con una paz y una añoranza que nos hace suspirar a veces.
Saludos

hatoros dijo...

DE LA VIDA QUE PASAMOS
SON LOS RECUERDOS AMADOS
BOFETADAS DE ALEGRÍA.
ME GUSTO MUCHISIMO TU PASADO Y EL AMOR CON QUE LO DIJISTE.
GRACIAS POR ENSEÑAR.

Celia Rivera Gutierrez dijo...

El Infalible
Gracias pòr estar en mis letras espero seguir en contacto y visitar con frecuencia las tuyas

Saludos

Celia Rivera Gutierrez dijo...

Francisco Javierda
Me gusto, que estés identificado con el campo, porque entre más lo disfrutamos cuando aun no emitíamos juicios y solo lo vivíamos en nuestra niñez es cuando el amor a la madre naturaleza se arraiga en nuestro ser.

Y que bien que te de hambre, eso quiere decir que estas sano y tu mente sigue las imágenes que se escriben.

En cuanto al comal, no creí que no lo conocieran por allá, pero tienes razón es un implemento autóctono de nuestras raíces americanas.

Si conoces los moldes de pizza podrás imaginar el comal, pues es una figura igual pero elaborada de tierra (como las tejas de algunas viviendas), en ese molde como de pizza pero de barro (tierra) se cocían las tortillas de maíz. Tengo entendido que en Europa no se usa la tortilla y que las personas que viajan para allá es lo que más extrañan. Hoy en día existen cómales también de acero que se usan sobre las estufas de gas para calentar las tortillas.

Espero haber descrito las imágenes en forma adecuada para que lo visualices.

Un abrazo

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