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Soy una persona inquieta, que ama la vida en toda su extensión de la palabra y disfruta escribiendo lo que percibe de ella, saboreando cada palmo de lo vivido. soy terapeuta holistico.

lunes, 6 de octubre de 2008

EL MALO

Dicen que existen pequeños duendecitos similares a unos hombrecitos. Tan pequeños como de uno 20 centímetros. Según dice doña francisca, avalada por sus hermanos, que presenciaron de un acto tan singular en su niñez.

LOS HECHOS



Un día de juegos y obligaciones de los niños de tan singular familia, salieron al campo en busca de juego y de leños para atizar el fogón de las hornillas de su casa para los sagrados alimentos। O si bien les daba la gana, para realizar fogatas en las horas nocturnas donde se contaban cuentos y relatos a su alrededor a la luz de luna o sin ella. Iban cantando y jugando. Don Chon, que era medio hermano de doña francisca, y que era más pequeño que ella, iba en funciones de hacerla de chaperón, para correrles los posible galanes, que asecharan a escondidillas entre los matorrales del campo que solian hacerlo para ver a las niñas, y a la ves, disque para protegerlas, porque era el hombre mayor después del padre según él.


EN EL CAMPO



Dice doña francisca que cuando estaban en el campo recogiendo los troncos y leños de la maleza de pronto vieron, que en un montón de piedras se encontraba un pequeño hombrecito sentado ¡tan pequeño era!, que parecía un muñeco de juegos, la diferencia en ello es que caminaba, y les hacia muecas como queriéndose comunicar con ellos. No pudo ser alucinación ya que todos lo vieron. Su cuerpecito todo lleno de pelo y su carita sonriente, sus orejas grandes y agraciadas. Ellos no sabiendo que hacer, y recordando las benditas enseñanzas de que el pobre diablo se aparece hasta en la sopa, para engañarte, no se les ocurrió tratar de platicar con él. Les entro mucho miedo y se pusieron a rezar, solo que el bendito rezo, no servia de nada, ya que el pequeño ser, aun estaba ahí y pareciera, que no le afectaba en lo más mínimo la oración.

Los chicos se retiraron un momento para disertar que harían। Se decían unos a otros, -pero no creo que sea el diablo, ya rezamos y sigue ahí-. Lo mejor es ir a avisar a la casa de lo que estamos viendo. -No eso no- decía otro- si les decimos que lo vimos y cuando vengan ya no esta pensaran que vimos al diablo y entonces nos rechazaran, por que dirán, que estamos condenados en vida- ¿recuerdan que dicen, que quien ve al malo ya esta condenado en vida?- pues si tienes razón decían los demás. -Pero algo tenemos que hacer- decía otro más- no sabemos que es pero por las dudas mejor matémosle-. No eso no- decía una niña, no podemos matarlo le dolerá- don Chon no entendía de si dolía o no, solo pensaba que su obligación de protecciones a las chicas seria quitando ese ser de su camino, así que les dijo – miren le aventamos piedras y si se muere no era el diablo y por lo tanto no estamos condenados en vida, y si no se muere es el diablo, pero no se lo podemos decir a los mayores porque nos tendrán miedo diciendo que estamos condenados en vida- así que todos aventaron piedras.



LO SUCEDIDO



Al pequeño ser, se le lleno de angustia su rostro y sus ojos se abrieron muy grandes como de desesperación y con sus manos les indicaba que pararan su hazaña, se trato de proteger con sus pobres manos, emitía un chillido muy lastimero y angustioso, que erizaba los pelos a los chicos, lo cual les hacia tener más miedo y continuar por instinto a la masacre del pequeño ser.
Dice doña francisca, que el pequeño hombrecito quedo destrozado y soltó un líquido verde de su cuerpecito en vez de sangre roja. Cuando cayo como muerto se fueron de ahí y les contaron a sus mayores, ya que si el ser había muerto, era porque no era el diablo.

Los adultos los acompañaron al lugar y no encontraron al hombrecito, quizá alguien de sus seres queridos lo había recogido y llevado a su propio asentamiento en su espacio real। Así, que dieron por hecho, que solo se trataba de una imaginación desbordada de los niños a la que no se debía dar importancia. Si se hubieran asomado un poco al montículo quizá habrían encontrado la entrada al reguardo de la comunidad de este pequeño ser dándose cuenta que existen seres que aunque no los conozcamos son como nosotros en sus respectivas comunidades.



QUERIDO LECTOR



Qquerido lector, te quiero comentar, que en esos tiempos se les inculcaba el temor a todo lo desconocido, atribuyéndolo al pobre diablo todo lo extraño que sucediera, el pobre solamente tiene la fama de serlo, ya que quizá solo sea la excusa de no asumir nuestras responsabilidades, y es más fácil buscar un culpable de nuestros actos haciéndonos cometer injusticias con los seres desconocidos, cuando se hace contacto con ellos, pensando que es el malo el que se presenta para atrapar nuestras esencias.
Así, que quizá sea bueno no seguir inculcando a los niños semejante cosa, para evitar ser injustos dañando lo que no entendemos y que sin embargo sucede en la vida sin que necesariamente sea malo.



¿No cree?

Celia Rivera Gutierrez

Cd. Obregón Sonora, Mexico

Octubre 6 del 2008

6 comentarios:

Anónimo dijo...

celia, lo trágico del cuento estriba en la condena del inocente, en practicar el mal en nombre de la justicia

mi abrazo, espero que no vuelva a suceder lo que comentamos, mi abrazo sincero, y de nuevo lamento que haya sucedido en tu blog, lo siento

santiago

Celia Rivera Gutierrez dijo...

Santiago, no tienes que sentir lo que no generaste. esta claro, incluso no se parece en nada el logo uno es el tuyo y los otros son sin color, y el que tiene el color no se llama como el tuyo aunque se parece. Gracias por estar aquí.

Un abrazo y hasta pronto
Celia

Terox dijo...

Bueno, el miedo es un mecanismo de defensa que muchas veces resulta últil. En tiempos idos, el bosque estaba lleno de peligros, no necesariamente sobrenaturales, tanto para niños como adultos.

Por otro lado, igual de irracional que la "lluvia de piedras" que le recetaron sin intentar siquiera comunicarse, fue la actitud del duende, que la recibió estoicamente hasta el final. Tal vez había sido condenado a ello, por algún crimen cometido en su comunidad... quién sabe... En todo caso, cuando falta la razón, casi siempre alguien sale "rascando"...

Celia Rivera Gutierrez dijo...

Quizá no pudo defenderse, ya que era tan pequeño, o quizá solo quedo herido y atendido por los suyos. El final quizá se lo demos cada uno en nuestro interior.

Coincido contigo en que el miedo es útil para preservar la vida (instinto de sobrevivencion), pero a veces se inculca irracionalmente (es mi opinión que no tiene que se la mejor).
Gracias por tu visita
Un saludo para tí de mi parte
Celia

Unknown dijo...

Los que atacaban con piedras eran los "hombres pequeños"...hay hombres tan pequeños de espíritu que dios les queda demasiado lejos allá arriba.
¿Se puede creer que haya hoy países que comdenen a mujeres "infieles" golpeándolas con piedras?
"tamaños", viejo tema del hombre mediocre.
Una hermosura tu texto, como siempre. Y una hermosura como luces en tu nueva foto.
Todo es grato en tu casita mexicana.
Besos
REL

Celia Rivera Gutierrez dijo...

Si mi querido Roberto
A veces somos tan pequeños, que no nos damos cuenta que la Divinidad esta presente en cada partícula de la existencia, en lo que entendemos y en lo que no entendemos, incluyendo al mismo diablo, si existe tiene que estar la divinidad en él. Porque se dice que Dios es infinito y si no estuviera en el diablo seria Dios finito porque tendría un límite.
Que tristeza que seamos tan ignorantes y se cometan tantas injusticias en nombre de la Divinidad.
Tú lo has dicho, “tamaños” para quienes condenan en esa forma que dices a las mujeres.
Tendremos que inculcar a los chicos el respeto a todo lo que les rodea, comenzando por su propia persona.

Gracias por tu visita, y gracias por alagar mi persona en la imagen.

Besos para ti REL siempre seras bienvenido

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