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Soy una persona inquieta, que ama la vida en toda su extensión de la palabra y disfruta escribiendo lo que percibe de ella, saboreando cada palmo de lo vivido. soy terapeuta holistico.

martes, 18 de agosto de 2009

EL LEON Y LA GACELA

Un león que tiene apetito voraz de carne para su alimento se encuentra una suave gacela con sus rasgos tersos y ojos soñadores que denota tanta suavidad. A tal grado que el león queda desarmado de su hambre y su necesidad y termina poniendo su hambre al final, para admirar la belleza de la gacela que camina por los pastizales oliendo la vida sin sentir temor por el voraz felino. Y decide comerla con sus ojos y su corazón para conservarla viva y sentir su presencia siempre con la brisa matinal.

No podrá comerla sin sentir que destruye algo muy hermoso y entonces conquista su corazón para tenerle cerca sin temor.

La gacela siente el aliento del alma del felino, que se incrusta en su interior y queda un lazo uniendo sus esencias. Levanta su ágil cuello, olfatea, mira a su alrededor, siente el aroma del felino, siente su cercanía, siente su admiración y se siente segura a pesar de ser distintos en el sentir de la vida. Sabe que el felino ha recogido sus garras y solo le brindará la mirada de su corazón.
Que si se acerca, será suave como la seda de su pelo, que sus ojos verán con ternura, que sus garras estarán guardadas para no lastimar, que frotará su nariz con ternura en su piel y la hará sentir la vida sin temor a esa amistad.

Se escucha decir al león –Déjame hacerte mía sin tener de ti que alimentarme-. Y la gacela siente el alma misma del león con un lazo cada vez más terso y suave que pareciera de seda pura. Tan suave que se hace elástica, elástica y se puede mover sin sentirse atado a nadie.

Querido lector dejo esta pequeña historia de un león y una gacela a ver que les parece.


Gracias por leerme.

Celia Rivera Gutiérrez
Cd. Obregón Sonora, México

viernes, 7 de agosto de 2009

EL BRIBÓN VIVE HASTA QUE EL COBARDE QUIERE.

El bribón vive hasta que el cobarde quiere.

Esta frase, que en más de alguna ocasión he escuchado, me hizo pensar sobre la siguiente historia.
Edegardo era un estudiante de la facultad donde estudiaba como ingeniero agrónomo. En los tiempos en que él entro a estudiar se tenía como regla entre los estudiantes que ya estaban en dicha facultad, el hacerles bromas y la vida pesada a los de nuevo ingreso, y como no falta un abusador por naturaleza, ese abusador se daba cuenta quien era más débil y no se defendería en nada para hacer de él su puerquito, al que todo le arían a sabiendas que no sabría defenderse.

Siempre que llegaba Edegardo, un pequeño grupito pasaba a molestarlo con lo que fuera, aventones, palabras, tirándole los libros, ponchándole la bicicleta, quitándole su alimento etc. etc.

Un buen día, Edegardo ya se sentía cansado de tanto abuso y que nadie le apoyara para evitar el atropellamiento de esos barbajanes. Así, que entro en una gran depresión donde pensaba que la vida era muy dura y que no valía la pena vivir si tenía que vivir de esa manera siempre. Entonces pensó, que tenía que hacer algo y ese algo tenía que ser definitivo pasara lo que pasara. Tomo una navaja y la oculto bajo sus ropas. Tomo su bicicleta y se enfilo a la facultad. En cuanto llegó… apareció el grupito que siempre lo fastidiaba, trataron de quitarle su bicicleta y el se les enfrento con la mirada de frente, con la decisión de la muerte en los ojos que imprimió respeto a sus contrincante. Edegardo, saco de entre sus ropas la navaja y les dijo con una voz inquebrantable y decidida – Señores, ya me tienen arto de sus abusos y malos tratos sin que tengan razón alguna o yo aya dado motivo, y jamás volverá a suceder esto, sé…que me van a matar porque son muchos y no me importa morir. Pero me llevare a los que pueda por delante, aquí estoy, quien desea comenzar.

En ese momento todos los cobardes bribones, le miraron la decisión en todo su cuerpo y se dieron cuenta que no mentía y de verdad mataría al que pudiera, sintieron el escalofrió de la muerte y se les erizo la piel, el chico tenia la imagen de la muerte en los ojos y el poder de mandar al otro mundo a cualquiera de ellos. Ninguno de ellos deseaba morir, así que se hizo un gran silencio, lo miraron a la cara y bajaron los ojos y sin decir palabra se fuero uno tras otro. Jamás lo volvieron a molestar.

Querido lector, no olvides que muchas de las cosas que nos suceden tienen que ver con la forma con que encaramos la vida. Y que los demás abusarán de nosotros hasta que se los permitamos.

Tu ¿Qué crees?

Hasta la próxima.


Celia Rivera Gutiérrez
Cd. Obregón Sonora México
Agosto 6 del 2009

domingo, 2 de agosto de 2009

LA SOMBRA Y LA NIÑA

La niña no se da abasto para evitar que le pisen la sombra cuando recorre las callejuelas de los poblados, en compañía de su familia, la abuela habia sacado el ingenio y de pronto dice: ¡sombra pisada!.

Iban por las callejuelas de un semipoblado donde deambulaban los perros por doquier, mirando las estrellas y sintiendo la suavidad de la noche, sacando suspiros del alma y comiendo chucherias. El padre, la madre y la abuela a la niña hacían compañía. Y de pronto la abuela inventa un juego para sacar de la monotonía. Mira a la niña sonriendo y le pisa la sombra, y dice –sombra pisada-, la niña reacciona y quiere pisar la de la abuela, se suman los demás y le pisan la sombra, la niña se desespera, son muchos para ella, todos le pisan la sombra y ríen a carcajadas, jugando y corriendo para evitar la sombra pisada. Los perros se alborotan, y luego ladran, suena una algarabía que a los del pueblo les saca de su monotonía, mirando con curiosidad la sombra pisada que llena de juegos, de retos y alegría. A la sombra pisada se juega todavía, cuando viene la abuela, al igual que cuando era niña. Sombra pisada, que al parecer si dolía, por ser parte de la persona que la proyecta mientras viva. -Sombra pisada te digo lector- te la piso mientras leías.

Querido lector aquí les dejo este juego que invento la abuela a su nieta cuando la visitaba y que me parece divertido. A ver que te parece.

Hasta la próxima


Celia Rivera Gutiérrez
Cd. Obregón Sonora, México
2 de Julio de l 2009

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