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Soy una persona inquieta, que ama la vida en toda su extensión de la palabra y disfruta escribiendo lo que percibe de ella, saboreando cada palmo de lo vivido. soy terapeuta holistico.

miércoles, 18 de febrero de 2009

UNA TARDE EN LA GRAN CIUDAD

Iba ella sumamente nerviosa. En su vida habían pasado cosas muy graves como para no sobresaltarse fácilmente. Después de un trajín de caminatas y hacer diligencias en la gran Cd. De Guadalajara Jalisco, se paro en una esquina para esperar un bus que la trasladara al lugar que requería llegar. Estaba semioscuro, el horizonte se teñía de colorido, para dar paso a la oscuridad que se avecinaba. Las luces de la avenida comenzaban a aparecer paulatinamente a medida que se hacia más densa la oscuridad de la noche, que estaba pronta a hacer su aparición.

Los tranvías pasaban suspendidos de cableados eléctricos, para trasladar a los habitantes de un sitio a otro en su interior

Su cabello rojizo brillaba con las últimas luces del sol haciéndolo aparecer tornasol, las pecas de su rostro le lucían un tanto misteriosas en ese rostro cansado de la labor realizada en esas inmensas calles y avenidas en que se había movido. Levanto su mirada un tanto sin expresión, movió su pecho como para tomar una gran provisión de aire.

Ella respiro profundo, buscó su autobús, lo vio venir y sintió alivio, se subió, cerro sus ojos y tomo aire cuantas veces pudo, para tratar de relajarse.

Llegó a casa de unos familiares aun pálida, sus pecas se habían acentuado con lo imprevisto que acababa de vivir antes de abordar su autobús. Le preguntaron
-¿Qué te pasa que te ves pálida?-
-que acabo de ver un muerto escaparse de una limosina- contesto ella
La verdad, lo tomaron a broma y se rieron sin dar mucha importancia a lo sucedido. Sólo ella sabía, que aquel suceso se había sellado en su alma.

Había sucedido, que cuando estaba metida en si misma repasando una a una las acciones realizadas mientras hacia su parada. Apareció de pronto, y frente a sus ojos un auto grande, una limosina negra cuyo conductor acababa de dar vuelta en la esquina para incorporarse a la avenida un tanto solitaria, que estaba frente a ella. De pronto se abrieron las puertas traseras con gran estrépito y como si fuera una película de terror salio con fuerza una camilla con un cadáver en ella y se precipitó sobre la avenida corriendo sentido inverso de la carroza para luego estrellarse en el piso. Ella comenzó a temblar al darse cuenta de lo que sucedía, pareciera que los muertos hacían de las suyas y trataban de ponerla más nerviosa de lo que ya estaba, por todo lo que ya había vivido. Miró a su alrededor a ver quien estaba cerca para sentirse menos desvalida y esperando que alguien apareciera para que ayudara al de la carroza, pues se imaginaba siendo precisamente ella, quien tendría que ayudarlo y que al bendito muerto se le ocurriera revivir en ese preciso momento y se asiera a élla. Volteo a su alrededor, vio como se habría la puerta del conductor y aparecía quien llevaba tan singular carga, otro hombre sacado de la penumbra de la calle se acercaba a ayudar a subir de nuevo al muerto al su lujosa limosina. Observo en silencio imaginando toda una trama de terror peliculezca en torno al suceso, como una pesadilla.

Ella se fue en cuanto pudo de ahí al ver aparecer su bus que la volvía a una realidad de trabajos y acciones en la vida.


Querido lector dicen, que cuando algo no anda bien en tu vida y tienes miedo hasta los seres de la oscuridad hacen su aparición

¿tu que crees?



Celia Rivera Gutiérrez
Cd. Obregón Sonora, México
Febrero 18 del 2009

20 comentarios:

Unknown dijo...

Creo que hay momentos que la vida nos condena a todos a la oscuridad. Se confunden los roles de los vivos y los muertos.
Y creo además que eres una excelente narradora y que estás alcanzando la excelencia en tu manera de narrar.

Un abrazo,amiga-amiga Celia, con todo el afecto.
Un beso y hasta luego

Carmen Conde Sedemiuqse dijo...

Vaya tu mente!!! pesadilla, como la vdda misama
Besitos y amores. je

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hola, Celia...

Tienes toda la razón en tu escrito y podemos asegurar, que muchos vivimos presos de nuestros propios miedos.

Y debido a ellos, creamos nuestras propias pesadillas.

Un abrazo.

Roy Jiménez Oreamuno dijo...

El miedo a lo desconocido o el mismo miedo nocturno o a los muertos, hace que un espíritu de temor nos haga ver cosas que nos atormentan y nos llevan a situaciones al límite del terror como la vivida por esta mujer.

Es definitivo que los temores se aprovechan de nuestra vulnerabilidad para aterrarnos y robarnos la paz.
Saludos

DaViD CaNo dijo...

A mi me da escalofrios la carga simbólica plagada de pesadumbre, que tienen las grandes ciudades.
De buenas a primeras lo convierten a uno en un zombie automáta tragado por la gran bestia, llamada sistema...

Me da gusto leer paisanos de Cajeme...

Anónimo dijo...

todo lo exterior en gran parte refleja nuestro interior

por eso siempre hay que perdonar

TitoCarlos dijo...

Según el Dr. Thomas A. Harris el análisis conciliatorio se reduce a esta frase: "Yo estoy bien, tu estas bien." Y así es; si yo estoy bien, todo lo que me rodea funciona. En caso contrario, si estoy mal, me rodea el mundo creado por mis terrores.
Bien explicado. Me gusta.

ade dijo...

- Aveces las cosas andan tan mal que los muertos somos nosotros , como podrían asustarnos nuestros pares? Pero cuando mejoramos y nuestro animo esta activado no nos asusta ni la muerte ni la vida, nos dejamos llevar por los sentidos.
Me encanto tu manera de narrar es como un tobogán que no te deja poner las manos y sigues hasta el final. Ade

Celia Rivera Gutierrez dijo...

Si querido amigo Roberto
Quizá a veces ya estamos muertos y no nos damos cuenta y tememos a los muertos compañeros y seguimos con los roles de vivos entre los muertos, o estamos vivos y hacemos roles de muertos. Paradójico todo esto.

Gracias por las porras a mis narraciones y cuentos.
Un abrazo bien abrazo para mi troesma.
Celia

Celia Rivera Gutierrez dijo...

sedemiuqse
Gracias a la mente y lo que observan mis ojos en la vida que me rodea es que puedo narrar cosas y compartir con vos todo esto.
Las pesadillas son patrimonio particular de cada uno de nosotros cuando no sabemos despejar la oscuridad de nuestra vida.

Besos y amores para tí amiga

Celia Rivera Gutierrez dijo...

Totalmente de acuerdo contigo Rafael. Somos los creadores de nuestras propias pesadillas.

Un abrazo
Celia

Celia Rivera Gutierrez dijo...

Roy Jiménez Oreamuno
Creo que los temores no se aprovechan de nuestra vulnerabilidad, sino que nosotros dejamos que se enseñoreen de nuestras vidas y por ello es que hacen estragos, pues cuentan con nuestro permiso. Cuando echemos fuera los temores haciendo luz en nuestro interior, nada nos aterrara.

Muchas gracias por estar aquí y enriquecer con tu opinión este espacio

Un gran saludo

Celia Rivera Gutierrez dijo...

DaViD CaNo
Ha sido un gusto tenerte en mi espacio, espero que sigamos en contacto, pues solo tu y Gabriela son de estas localidades y es muy grato tener contacto con vosotros.

Las grandes ciudades nos tragan sólo si se los permitimos, por otro lado ofrecen grandes cosas pero todo tiene un precio.
Lo que nos ofrece como es el caso de Universidades y facilidad al servicio médico etc. tiene el precio de vivir en ellas con todo lo que implica eso.

Saludos
Celia

Celia Rivera Gutierrez dijo...

amor y libertad

Así es, lo que llevamos dentro lo vemos fuera, nos reflejamos en lo de afuera

Un gran saludo
Celia

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

... son los fantasmas del remordimientos, el miedo, la inseguridad...
Excelente, ameno como siempre celia
muchos besos guapa, que Dios te bendiga

Mariano dijo...

totalmente de acuerdo con David... las grandes ciudades nos vuelven zombies... yo por eso amo mi barrio... y no la gran jungla de cemento....

Luz entre tanta oscuridad...

Saludos!

Celia Rivera Gutierrez dijo...

¡Hola Maria Ángeles!
gusto en verte. Si es la inseguridad en la vida la que nos pone los pelos de punta y no produce miedo en los actos que nos rodean.
Gracias por visitarme y dejarme tu rostro sonriente.

Tambien muchos besos para tí. Que la divinidad este en todo momento en tu vida.

Celia Rivera Gutierrez dijo...

TitoCarlos

Estoy totalmente de acuerdo contigo y con el Dr. Thomas A. Harris.

Como estemos nosotros en nuestro interior esta el mundo en el exterior.

gracias por estar aquí.

Celia Rivera Gutierrez dijo...

ade
tienes razón, cuando estamos bien en nuestro animo no nos asusta nada y podemos vivir lo que la vida nos ofrece en nuestro entorno y disfrutarlo sin complejos y miedos, como si todo estubiera iluminado por el sol.

Gracias por visitarme y dejarme tu huella

Un sobe argentino para tí de una mexicana que esta aprendiendo a conocerlos.

Celia Rivera Gutierrez dijo...

Gracias Mariano, me es grata tu visita y tu opinión, pero no podemos aislarnos de las grandes ciudades y perder contacto con los seres que ahí viven y laboran para que el engranaje de nuestra vida siga fluyendo, pues todos estamos interconectados los unos de los otros. Son pocos los seres humanos que se aíslan y producen todo lo que requieren en su lugar donde viven. No me dirás que tu no consumes energía eléctrica que en tu barrio no se produce, o que no vistes ropas que se fabrican en las ciudades, o sus telas.
A mi ver si debemos aprender a vivir sin tanto ajetreo pero sin menospreciar las ciudades que nos dan mucho de lo que consumimos aunque no vivamos en ellas. Y mucho menos despreciar su gente que es también nuestra por ser humanos como nosotros.

Un abrazo Mariano y gracias por pasarte a estas mis letras que comparto con ustedes., es un honor que me visiten y me lean

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