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Soy una persona inquieta, que ama la vida en toda su extensión de la palabra y disfruta escribiendo lo que percibe de ella, saboreando cada palmo de lo vivido. soy terapeuta holistico.

martes, 1 de septiembre de 2009

CABALLERO EN EPOCA EQUIVOCA


I

Juan Malatias y Castillos, se despertó con lagañas en los ojos, no sabía cuanto había dormido, pero su cuerpo maltrecho y cansado le decía que no era poco. Se tallo los ojos con ambas manos en un intento por abrirlos, estaban sus parpados como dos losa de pesadas que se requería de mucha fuerza aplicada para levantarlos. Movió las pupilas tratando de suavizarlos para poder abrirlos. Se dio cuenta que parecían dos losas de cementerio muy bien ajustadas para evitar el sacrilegio de cualquier osado ladrón que quisiera profanar las tumbas. Por fin logro despegar los parpados y limpio las lagañas.

Se incorporo y se dio cuenta, que aun lucia su traje metálico y que este había perdido su brillo como si hubieran pasado milenios sin pulirse, miro extrañado tal acontecimiento, pues recordaba muy claramente que un día antes había pulido su armadura. Trato de no dar importancia a los hechos y camino hasta llegar a la gran escalera que llegaba hasta la pequeña habitación en que el se encontraba al despertar. Escuchó murmullos extraños de personas que hablaban distintas lenguas extrañas y se oculto tras la puerta de un corredor esperando que no le pillaran. Pues tenia la extraña sensación de estar en algún lugar invadido por extraños y que en cualquier momento podían pillarle y encarcelarlo y torturarlo para que dijera todo lo que sabias de su señor o simplemente por disfrutar su tortura.

Ahí, escondido tras la puerta de la escalera, se quedo quieto para no hacer ruido con su armadura, de pronto unos chicos muy jóvenes asomaron tras la puerta y se le quedaron mirando, y le dice uno a otro –mira esa estatua de la edad media, cualquiera diría que es una persona de verdad la que se encuentra tras esa armadura- contesto otro más -sí, es verdad, se ve tan natural que engañaría a cualquiera-. Juan Malatias no osaba respirar y preguntándose que diablos pasaba ahí en su refugio de piedra, en ese castillo inexplorable, que de pronto se convertía en una especie de mercado hindú lleno de gente por doquier, ¿Quiénes eran esos malandrines que vestían tan estrafalariamente? Por lo pronto se dijo así mismo –Juan, quédate quieto, que calle el labio para no ser descubierto por estos bellacos, ya veremos después que esta sucediendo ¡Puta ma…! ¿Que es esto?-


CONTINUARÁ

Celia Rivera Gutiérrez
Cd. Obregón Sonora, México
Agosto del 2009

4 comentarios:

Francisco Javier dijo...

Me he quedado con ganas de más, a ver en que termina, un placer leerte amiga Celia, hace mucho que no me pasaba por aqui, entre las vacaciones y lo que no es las vacaciones, bueno, mas vale tarde que nunca, espero que todo marche bien, te mando un beso y un abrazo con cariño.

Unknown dijo...

Estuve esperando casi una semana para dejar un comentario en el final de esta historia (fascinante), pero al ver que demoras en continuarla se me ocurre que alguna interferencia pudo haberla bloqueado en el túnel del tiempo.
Eres una narradora extraordinaria y me encantan tus apuntes.
Un abrazo bien abrazo, querida Celia Sonora
de tui gomía el REL

Celia Rivera Gutierrez dijo...

Francisco Javier
Que gusto volverte a ver por aqui, y que ya haya opasado tu recuperacion de tus ojos.

Gracias por venir y pronto pondre algo de la continuacion de esta historia

Abrazo hasta tu España

Celia Rivera Gutierrez dijo...

No se atasco en el tunel del tiempo solo que estaba esperando un pñoco para poner otro capitulo.

Gracias GOMIA por venir a ver mis narraciones.
pronto pondre la continuacion

abrazo bien abrazo

Celia Sonora.

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